viernes, 1 de abril de 2011

1 de Abril 2011

Viejo debate en mi vida. De Saturno en tercera, mi Saturno geminiano. Quién tiene la autoridad de la palabra. Quién es juez y dispensario de la voz, de la opinión, del pensamiento. Parece que mi Saturno mostrase que hay alguien experto en decir, subido a la montaña del saber de los ancestros. Pero su dedo se mueve confuso e imprevisto como las mareas en mi mundo pisciano. Un silencio puede ser la voz de mil gargantas y una palabra canción envuelta en la bruma del corazón en su aullido más íntimo y cercado.
Que se yo quien dice la verdad o si hay miles de verdades circulando desencontradas en perpetuo colapso y estupor. Solo se que mi mente piensa y siente una verdad que cada vez que abre la ventana se impregna de colores nuevos y crece.
Me tomó años de terapia, pero los jueces y los próceres ya no me asustan. Una vez, atrapada entre cuatro paredes que se cerraban sobre mí miré hacia el cielo y abandoné mi cuerpo para que mi mente fuese libre de las formas terrenales. Lo único que nadie pudiese atrapar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario