lunes, 17 de octubre de 2011

17 de octubre 2011

Hoy es un día especial. Tengo ganas de hacer esa mirada interna, pero no puedo. Quisiera poder levantar los ojos y verte, estirar los brazos y rodear tu espalda, desenredarte el pelo con los dedos, jugar con vos, reírme. Confiar... quisiera poder confiar, dejarme caer hacia atrás para que me atrapes y me beses la frente cuando me pongas de pie, sentir tu palmada en el hombro y llevarme una sonrisa tuya a donde quiera que vaya.
Pobre, a lo mejor te estoy pidiendo demasiado, a vos, que ni me escuchás, que tal vez ni sepas cuanto pienso en vos y te recuerdo. Pero que más da, si lo que importa es que recordarte me apuntala en estos tiempos difíciles. No es pavada para mí que me la paso tironeada y tuve que atestiguar y ejecutar de puño propio la ablación de órganos completos casi sin anestesia. Estás presente en mí como esa luz que viene de la tierra y recorre la espina dorsal alineando todos los puntos internos antes de restituirse al universo. Y solo entonces puedo sentirme entera.

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