jueves, 21 de abril de 2011
21 de abril 2011
Hoy no hay mucho que decir. Salvo que es veintiuno y siento como si hubiese comenzado una estación nueva. Venus transita la primera casa y el verde se torna más verde. Más allá del gris se descorre lentamente el velo de una promesa anaranjada en mi jardín. Me pone bien eso, así como las buenas noticias y las señales cálidas y generosas del crepúsculo. Mientras la tierra entra en sueño, yo estoy despierta. Soy, por un rato, fuera del laberinto. No hay espadas que atraviesen la salida. No hay aliento lívido de lápidas fundiéndose en mi boca. Por sobre la inclemencia se anuncian las flores y eso... me pone bien.
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